Libertad

El hielo se quiebra en las paredes oscuras de este solitario rincón, y mi único compañero me quita la vida beso a beso, mi corazón es tan solo un músculo mas, quizás el menos ejercitado de mi cuerpo.
Amanece y es otro frío día de invierno en este manicomio, del que me han nombrado rey, mis pies me llevan hacia la rutina, y mi mente me hunde en recuerdos de tiempos de libertad, el roció se seca con la luz de tu mirada y el sol calienta de a poco la sangre, desde lejos se oye el chasquido de las hojas secas, que junto a el cantar de los pájaros anuncian tu llegada. Las sirenas de mi mente suenan, y en el olor mañanero se respira algo distinto, mi ángel protector, ese que me desconoce, se aproxima metro a metro sin saber cual es su destino. La soledad, y el dolor de panza, te trajeron a este infierno, donde el diablo engañaba (como siempre) con su promesa de que el dinero ejercita al músculo maestro; cuando te vi, fue como si te hubiese conocido desde el principio de mis días, y sentí como la armadura que cubría mi corazón, prohibido por mi inconsciente, se despedazaba en mil pedazos y me sonrojaba por primera vez en mucho tiempo. Esa misma tarde tuve el honor, de sentir la dulce melodía de tu voz, fue como escuchar el mejor blues de la historia, el único cantado con los labios del corazón.
Desangre mis penas en tu pecho abierto durante los próximo meses, prometí sueños inalcanzables, bebí cada gota de rocío en tus labios, estuve en tu piel cada noche y estuviste en mi mente cada día, sentía día a día como la alambrada de transformaba en una utopía y tus ansias de volar aumentaban el tamaño de tus alas.
Una noche calurosa de primavera, me contaste que juntando miserias, habías comprado lo que luego sería nuestra válvula de escape, una "kombi split" fabricada en Alemania en la década del 50, entonces pensé que este era el momento ideal y te invite a descubrir el mundo exterior ese que todos conocen y solo unos pocos disfrutan, en un principio te negaste, pero te nombre las dos palabras mas seductoras del mundo, "amor" y "libertad", estas son las únicas por las que vale la pena dar la vida.
Eran las 3 a.m de un día viernes, y los caballos corrían como nunca antes, el coro de ronquidos de mis lunáticos compañeros era la melodía de fondo, la psicópata dueña del circo yacía lejos de esta habitación y nuestra fuga ya no corría peligro, si es que alguna vez lo corrió. A las 3:50 a.m salí de este lugar, procurando verlo por última vez, y en la puerta estabas vos, hermosa como siempre, caminamos 3 k.m hasta la ruta donde habías dejado la volswagen, viajamos a la máxima velocidad durante 5 horas y paramos para descansar en el colchón de la parte de atrás.
La lluvia dibuja en el vidrio de la camioneta y el sol asoma ,tímido, por entre las sierras, el aroma húmedo que el otoño despierta, me recuesta sobre la cama, mientras miro como duermes, te abrazo y siento que la libertad nos da la bienvenida.